Rubén Amorim ha marcado el inicio de su proyecto en el Manchester United con decisiones contundentes, comunicando al club que no cuenta con Casemiro, Lindelöf, Antony y Eriksen para su equipo. A solo días de haber asumido el banquillo de Old Trafford, el portugués está dispuesto a realizar cambios drásticos para encauzar el rumbo de un equipo que ha estado lejos de brillar en las últimas temporadas.
La salida de Erik ten Hag, quien no logró estabilizar al club pese a conquistar dos títulos menores, ha dado paso a una nueva era en la que Amorim se perfila como la esperanza para recuperar la competitividad perdida.
Rubén Amorim prepara una limpieza en el mercado invernal
El portugués ha dejado claro que, además de fortalecer el plantel con nuevos fichajes, el capítulo de salidas será fundamental en su proceso de reestructuración. Casemiro y Antony, ambos brasileños, están en la lista de prescindibles a pesar de haber sido importantes en ciertos momentos de la gestión anterior. La decisión también afecta a Christian Eriksen, cuyo papel en el mediocampo se había reducido en los últimos meses, y a Victor Lindelöf, quien no ha logrado asentarse como una pieza confiable en la defensa.
Estas salidas responden a la visión de Amorim de contar con un equipo más ágil y dinámico, acorde con su estilo táctico y con la exigencia del fútbol inglés. Además, liberar estos puestos podría permitir al United realizar movimientos clave en el mercado de invierno, en busca de jugadores que se adapten mejor al nuevo sistema de juego.