El Sevilla FC continúa demostrando su interés en fichar a Boubakary Soumaré, actual jugador del Leicester City que la temporada pasada dejó una buena impresión durante su cesión al conjunto sevillano. A pesar de las destacadas actuaciones del jugador en LaLiga, donde mostró su capacidad para imponer su físico y manejar el ritmo del juego, el club andaluz enfrenta serias dificultades económicas para hacer realidad su incorporación de manera permanente.
El Leicester City, por su parte, está dispuesto a negociar la salida de Soumaré por una cifra cercana a los 20 millones de euros. El joven francés ha sido considerado prescindible para los planes del club inglés, que busca reestructurar su plantilla tras una temporada de altibajos en la Premier League. Aunque el precio de 20 millones es accesible en comparación con otros fichajes, la situación financiera del Sevilla complica cualquier intento de concretar la operación.
A pesar de su éxito limitado en el Leicester, donde no logró ganarse un lugar fijo en el once titular, Soumaré demostró en su paso por el Sevilla que tiene la calidad necesaria para brillar en el fútbol europeo. El jugador mostró su fortaleza en el centro del campo y su capacidad para contribuir tanto en la defensa como en la distribución, lo que le permitió ganarse la confianza del cuerpo técnico y la afición sevillista.
La cifra solicitada por el Leicester se encuentra lejos del alcance del Sevilla.
Sin embargo, la delicada situación económica del club de Nervión, exacerbada por los efectos de la pandemia y la falta de ingresos por competiciones europeas, ha limitado su capacidad para realizar fichajes. El Sevilla aún está buscando formas de financiar la operación, pero si no logra desbloquear su situación económica, podría perder la oportunidad de reforzar su mediocampo con Soumaré.
El futuro del jugador parece depender no solo de las negociaciones con el Leicester, sino también de cómo el Sevilla maneja sus finanzas en los próximos meses. La competencia por su fichaje podría abrirse si otros clubes entran en la puja, lo que pondría aún más presión sobre los dirigentes sevillistas.