
La Liga
Pedri se ha consolidado como el faro del Barcelona en la medular. El canario, que llegó con perfil bajo y una mochila cargada de talento, se ha transformado en la pieza sobre la que gira todo el engranaje del conjunto azulgrana. Su capacidad para organizar, dar pausa y encontrar líneas de pase lo han elevado al estatus de imprescindible en la plantilla actual, y en los despachos del club nadie tiene dudas: es el jugador más protegido del vestuario.
Pedri, intransferible para el Barcelona
Mientras muchos ojos se posan en jóvenes como Lamine Yamal por su desequilibrio y proyección ofensiva, la entidad culé tiene claro que el cerebro del proyecto se llama Pedri. La dirección deportiva lo ve como el motor silencioso que articula el juego, el que hace mejores a sus compañeros sin necesidad de alardes. Su inteligencia táctica, madurez con apenas 22 años y rendimiento sostenido lo colocan un peldaño por encima del resto a ojos de los técnicos y responsables del club.
Tanto es así que en las oficinas del Camp Nou se ha establecido una postura firme: no hay negociación posible por el centrocampista. Equipos de primer nivel han mostrado interés en el tinerfeño, pero todas las puertas se han cerrado antes de que pudiera plantearse una conversación. Su cláusula es una muralla y su rol, incuestionable. Ni propuestas millonarias ni intercambios tentadores han hecho temblar la fe de los culés en su número 8.
Para el cuerpo técnico, su figura va más allá de lo futbolístico: representa estabilidad, visión de futuro y una identidad clara que quieren mantener a toda costa. Y mientras el entorno debate sobre quién será el próximo ídolo, en la cúpula del club no hay dudas de que el alma de este nuevo Barcelona lleva el nombre de Pedri.