
La Liga
En el Barcelona, las decisiones pueden cambiar con el paso de las semanas, y nadie representa mejor esa metamorfosis que Frenkie de Jong. El talentoso centrocampista neerlandés, cuya continuidad parecía en entredicho hace tan solo unos meses, ha experimentado una transformación radical en su estatus dentro del club catalán. Lo que antes parecía un adiós inminente por razones económicas se ha convertido en un firme respaldo por parte del cuerpo técnico y de la directiva.
Frenkie de Jong, intocable
Con la llegada de Hansi Flick al banquillo, el internacional holandés ha encontrado su mejor versión. El técnico alemán lo considera una pieza esencial en el esquema del equipo, colocándolo como eje de un centro del campo que ha ganado dinamismo y control. La confianza del entrenador ha sido clave para que De Jong recupere protagonismo y despliegue su fútbol con libertad y seguridad, algo que no siempre tuvo garantizado en las últimas campañas.
A sus 27 años, el ex del Ajax ha madurado tanto dentro como fuera del campo. Su capacidad para dirigir el juego desde zonas profundas, romper líneas con conducciones elegantes y aportar equilibrio sin balón le han valido elogios tanto en el entorno del club como entre los aficionados. Ahora, ya no se contempla su marcha como una opción viable, ni siquiera ante ofertas importantes que pudieran aliviar la situación financiera del Barça.
El cambio de percepción en torno a Frenkie es evidente. La dirección deportiva ya no lo ve como un activo prescindible, sino como una base sobre la cual construir el proyecto de futuro. En el vestuario se ha consolidado como un líder silencioso, y sobre el césped, como un motor imprescindible. Todo apunta a que su historia en el Camp Nou todavía tiene muchos capítulos por escribirse.